Su pasión por el Teatro les arrastró a una entrega total, a la investigación cultural y una tremenda disciplina que les devolvía a cambio una vida de penuria, pero también una enorme satisfacción personal.
"Los Goliardos", fueron pioneros en la formalización de su trabajo. Regentaron el primer local de ensayo de Madrid y tuvieron el primer vehículo registrado a nombre de una compañía teatral.