«El discurso de ‘As Fillas Bravas’ va a resultar impactante e inesperado»

El domingo 12 de septiembre de 2021 llega al Teatro del Barrio la compañía gallega Chévere, que sigue explorando las posibilidades de un teatro con perspectiva de género, en esta ocasión con el estreno de As Fillas Bravas: tres señoras mayores que tocan y cantan lo que les da la gana, porque son hijas del viento y cantoras de una estirpe de voces furtivas que gritan entre zorros. Vienen a reafirmar modelos empoderados de mujer, vinculados a expresiones culturales tradicionales que esconden gritos emancipatorios y cantos de rebeldía insospechados. Hablamos con Patricia de Lorenzo, una de las actrices de la pieza y fundadora de la compañía.

 

¿Cómo nació la idea de As Fillas Bravas? En Chévere ya llevábamos tiempo trabajando en proyectos con perspectiva de género, tanto para público general como en el ámbito educativo: Testosterona, I’ ll be watching you En I’ ll be watching you, el personaje protagonista era una mujer víctima de violencia machista. Varias profesoras coincidían en que también sería importante poner en escena a mujeres empoderadas. Ahí aparecieron Isaura, Dosinda y Benedita, As Fillas Bravas. Tres mujeres mayores, del mundo rural, hijas de soltera y orgullosas de serlo. Ellas cambian nuestra percepción de cómo fue su juventud.

¿Hay panderetadas gallegas que esconden manifiestos feministas? Sí, sin duda. Es algo que ellas explican en su «recital», porque son cantadoras y pandereteras. Hablan del auténtico significado de muchas coplas tradicionales gallegas. Por ejemplo, esta copla sobre la masturbación femenina: “Ben te vin estar no leito, entre sábanas de liño, tiñas unha man no peito, outra no caraveliño” [Significa: “Te vi en el lecho, entre sábanas de lino; tenías una mano en el pecho, otra en el clavelito”]. O esta sobre el poliamor: «A muller que ama dous homes, non é tonta que é entendida. Se se lle apaga unha vela, quédalle outra encendida” [Significa: “La mujer que ama dos hombres no es tonta, es entendida. Si se le apaga una vela, le queda otra encendida»].

¿Nuestras abuelas eran más ecologistas que nosotras? Así es. Su felicidad no dependía de tener cosas y cosas. Ellas recuerdan su infancia y juventud, a veces casi en la miseria, pero con la sensación de que la alegría y felicidad nacía del contacto con la gente, de las ganas de jugar y de fiesta. Ellas vivieron un momento donde reutilizarlo todo era lo normal. Tuvieron más relación con la tierra que nosotras, incluso aunque vivieran en un ámbito urbano.

Sois una compañía gallega. En España, ¿tenemos una concepción de la cultura demasiado centralizada en Madrid? Sí, desde Galicia se percibe así. No obstante, Chévere tiene una presencia en todo el ámbito estatal que va a más y hay un público interesado en nuestro trabajo, quizás por ser periféricas y por la perspectiva diferente desde la que construimos nuestros proyectos. La oportunidad de presentar As Fillas Bravas en el Teatro del Barrio se pensó, precisamente, para poner la prueba este otro tipo de espectáculos más locales que otros de los que tenemos. Estamos seguras de que muchas mujeres van a identificarse con estas señoras, y su discurso va a resultar impactante e inesperado.

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