EL HAMBRE. Se ama como se come

Espectáculo pasado

Ficha artística

Compañía: Jeloudoli.
Autor: Renato Gabrielli.
Dirección: Ignasi Vidal.
Asesor dramatúrgico: José Sanchis Sinisterra.
Elenco: Juanma Lara y Roberta Pasquinucci.
Diseño de iluminación: Felipe Ramos.
Espacio Sonoro: Marc Álvarez.
Escenografía: Caja Negra.
Diseño Gráfico: Ana Parra.
Fotografía: Jacobo Medrano
Prensa: María Díaz

Producción: Nacho Bustos, Arnaldo Galvez, La Sarda Produce.
Producción ejecutiva: Jeloudoli.

Sinopsis

Un bar. Tres personajes. ¿O no? Un Encuentro entre dos desconocidos que se citan en una tarde de agosto más caluroso de la historia. Un hombre y una mujer de extrema izquierda. Al principio casi podría parecer un encuentro ordinario, y sin embargo, no. Entre ilusión, realidad, el calor, cócteles y aperitivos de la casa, vamos introduciéndonos en la mente y el cuerpo de nuestros héroes al frenético compás de sus palabras y de sus pensamientos, descubriendo que no se trata de un encuentro romántico. O no en el sentido más común de la palabra. Ella le confesará a él conocer su pasión más íntima y perversa. Una pasión secreta, inconfesable, inadmisible, innombrable, inaceptable… Y al mismo tiempo atrevida, admirable y más allá del sistema, que fagocita el sistema desde adentro, que se lo come, que come, que nos come. ¿Será ella finalmente su cómplice o su víctima?

GALERÍA

PRENSA

3 comentarios

  1. Vimos la obra el dia 7 de Junio y la verdad nos gustó mucho y nos pareció una propuesta interesantísima y alejada del convencionalismo. El tratamiento que hace la obra sobre los rincones más oscuros del alma humana te va llevando a lo largo de la función hasta que revela una situación asombrosa y sorprendente. Tanto Roberta Pasquinucci como Juan Manuel Lara estuvieron estupendos en sus respectivos papeles.

  2. Fuimos a ver Hambre guiados por la crítica que leimos en esta página. Nos parecía muy interesante la obra y la vimos el sábado 2 de junio. Nada de lo que vimos tenía que ver con lo que habíamos leido. No entendimos nada de su contenido y la exageración gratuita de gestos y gritos, se convertían en desagradables. No recordamos algo igual en muchos años.

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