José K, torturado

Espectáculo pasado

 

Sinopsis

En un país indeterminado, la Policía ha detenido a un terrorista. Alias José K. José K no tiene ningún inconveniente en reconocer que odia a la Humanidad en pleno.
Acaba de colocar una bomba de gran potencia en una plaza donde se está celebrando una concentración multitudinaria, pero se niega a decir en qué lugar concreto la ha puesto y a qué hora se detonará el artefacto.

¿Qué hacer? ¿Sería lícita la tortura, en este caso, para evitar la masacre?

 

Ficha artística

Autor: Javier Ortiz
Director: Carles Alfaro
Actor. Iván Hermes
Moma Teatre

Ayudante de dirección:  Vicenta Ndongo
Espacio sonoro: Jose Antonio Gutiérrez / Joan Cerveró
Coordinación técnica: Ismael Aguilar / Paco Silva
Fotografía: Jordi Pla
Vídeos promocionales: Carlos Martín
Asesoramiento y documentación: Jorge del Cura
Producción ejecutiva: Moma Teatre

Agradecimientos: Adriana Ozores, Ernesto Arias, Andrés Palacio, Raúl Alonso, Pedro Casablanc, Montse Calles, Paula Errando y Jorge Culla.

Una producción de Moma Teatre con la colaboración de Hermes Producciones

GALERÍA

https://vimeo.com/316266248#at=4

PRENSA

Radiografía de una tortura
[...] Un magnífico y potente montaje teatral. Su director, Carles Alfaro, fusiona la física del teatro, con la química del primer plano del cine. Un recurso que alcanza el cénit de resolución expresiva. Lo subrayable es la atmósfera creada, en el que se incluye una vivísima iluminación y una imponente interpretación de Iván Hermes, quien nos hipnotiza a través de su racional, gestual y dolorosa franqueza. Se nota que detrás hay una dirección tan rigurosa como vital. Teatro documento repleto de chispazos y fulguraciones que nos golpea en la mandíbula y nos deja K.O.; y, sobre todo, hace que nos arda el cerebro.

Enrique Herreras. Levante EMV

 

¿No me arrepiento de nada?
[...] La valiente y sencilla - que no simple - puesta en escena de Carles Alfaro, fusiona fondo y forma del discurso, hace convivir el primer plano con el plano general y mantiene al espectador asfixiado ante una voz que quiere ser fuerte pero suena atrapada y destruida, tal y como se encuentra su dueño. Hay tantas maneras de sentirse ante el texto de Ortiz, como personas lo escuchen. Esa guerra es intransferible y personal. Lo que es común es el impacto que genera y que se traduce en un silencio respetuoso de toma de aire y de asimilación tras el oscuro final. Después de esto llega el aplauso, que en este caso suena a reconocimiento mezclado con shock. Ya de inicio el trabajo realizado es arrollador pero nada hace presagiar hasta dónde puede llevar Hermes al personaje: hasta dibujar esa credibilidad que hace que el actor desaparezca. Ejercicio doloroso y necesario que a veces puede producir vértigo.

Raquel Lorenzo. Platea

 

¿Terrorismo y tortura?
Cuando un hombre entra en la dinámica del terror le han enseñado que no hay vuelta atrás. Ni él mismo ni sus cómplices se lo perdonarían; sería un delator o acabaría suicidándose y, en una infinita contradicción, el suicidio no explica una vida. Un terrorista puede ser puro por absolutamente impuro. La sutileza de Alfaro creo que lo ha conseguido. Con frialdad y pasión a partes iguales, explica la psicología y el infierno del personaje de un Iván Hermes orgánico e hirsuto.

J. V. Revista Metropoli.

 

Un dilema ético y moral
“Me llamo José K, y he sido torturado…”. Así comienza el monólogo de un hombre, el terrorista, José K (impresionante la capacidad gestual y vocal de Iván Hermes, en una interpretación que hiela la sangre), donde desgrana prácticas tan intolerables como la rata encerrada en el inodoro que acabará devorando las entrañas del interrogado; y, donde también trata de explicar las razones que le han llevado a poner una bomba y asumir la responsabilidad de las muertes. ¿Es lícita la tortura en casos como este, para poder evitar así la masacre? ¿Y las acciones sangrientas que el terrorista acomete pueden estar justificadas por la violencia institucional o la aplicación de la tortura de aquellos que luchan contra personas que, como él, quieren pasar por encima de las leyes y el derecho para conseguir sus fines? Como siempre, en la teoría, incluso en la legalidad, casi todo el mundo abomina de la muerte, de la tortura y de la violencia, pero… El montaje es tan incómodo como necesario.

José-Miguel Vila. Ociocrítico.com

 

El fin no justifica los medios
[…] El planteamiento y las respuestas quedan en manos del espectador. La Historia es una reina y la violencia su marido. Enorme interpretación; es más que de premio Max. Una verdad que se queda grabada con este magnífico trabajo donde se nota la mano experta de Alfaro. Vale la pena sentir la inquietud transmitida.

Jose Vicente Peiró. Las Provincias

 

La verdad desnuda
Carles Alfaro, consciente de la valía de un texto elabora una visceral y brillante puesta en escena encerrando al excepcional Iván Hermes (esta función sería literalmente impensable sin su implacable interpretación, sin bridas, ni cuartel, simplemente prodigiosa) en una jaula de cristal o lo que es lo mismo, en un ataúd transparente mientras una cámara retransmite con obsesiva minucia la cara, los gestos, la mirada, las pupilas del actor al que rodean un rumor de ruidos como grapas y luces como alfileres.

“Jose K. torturado” es una función valiente y agresiva, hurga en el público, le remueve y agarra por las solapas mientras está atado a la silla por la tensión y el desconcierto que solo pueden producir las verdades, las verdades desnudas.

Luis de Luis. PERIODISTAS en español.com

 

Sin más alforjas que el talento
[...] Hay un pequeño espectáculo, José K. torturado, cuya única ambición tiene que venir del espectador que quiera ver una pequeña joya que reúne a hombres excepcionales ejerciendo su oficio. Uno, Javier Ortiz, murió aún joven hace dos años y ha pasado a ser un autor de culto. Otro, Carles Alfaro, es un director silencioso que deambula por el panorama escénico español sin más alforjas que las de su gran talento […]

Rosana Torres.El País

 

El espinoso dilema de «José K, torturado»
¿Está justificado torturar a un ser humano si así se consigue salvar las vidas de decenas de personas y evitar una tragedia? ¿El fin siempre justifica los medios? El espectáculo, sin duda, pone el dedo en la llaga.
Es un montaje potente de cuidada sencillez y visualmente impactante en el que la utilización de los recursos técnicos y la disposición del espacio son magníficas.
Es una pieza dura, incómoda, difícil. Y al mismo tiempo, altamente disfrutable. En la mente del espectador se desata una batalla interior en la que a ratos se encontrará luchando consigo mismo por condenar los métodos utilizados por las fuerzas de seguridad y a ratos, sin embargo, se tendrá que esforzar para no darle demasiada razón a un terrorista aterradoramente cuerdo.

Carlos Crespo. Bloguionistas

 

De la tortura considerada como una de las malas artes
[…] ¿El fin justifica los medios? Carles Alfaro, ha sabido dar con la clave para que el interrogatorio del preso y su tortura se nos revelen absolutamente convincentes gracias a las variaciones en los registros de un actor excepcional como lo es Iván Hermes, capaz de revolver nuestra conciencia y nuestra emotividad al comprobar que es un terrorista sin un ápice de piedad para con sus posibles víctimas. Un debate ideológico, eso sí, porque en lo estético no hay discusión posible: José K, torturado es un espectáculo extraordinario.

Nel Diago. Cartelera Turia

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