¡Presentamos temporada!

Por fin hemos levantado el vuelo y hemos vuelto a abrir el Teatro del Barrio.

A continuación podéis ver el vídeo de la presentación de la temporada del 14 de septiembre del 2020.

 

 

2020

Seguramente todo ser humano de cualquier época consideró que el que le había tocado vivir era un tiempo convulso. Sin embargo, es innegable pensar que la pandemia de la COVID-19 ha supuesto una revolución, entendida ésta como grieta que separa radicalmente un antes y un después que sólo podrá ser entendido a partir de esa ruptura. En una sociedad, la del siglo XXI, caracterizada por la velocidad, el individualismo, la hiperactividad, la hiperconectividad, el consumo y la sobreinformación, los retos ya estaban dispuestos: ¿cómo restablecer la comunicación, el contacto, la conexión, la empatía? ¿Cómo reconectar con nuestra propia naturaleza de comunidad? ¿Cómo reconectar con nosotras mismas y con el planeta?

Sobre estas preguntas ha ido trabajando el Teatro del Barrio desde su fundación, en diciembre de 2013. Nos movía un hambre de realidad y la intuición de que las artes escénicas eran el lenguaje más elocuente para interpretar las tensiones del presente, los desafíos de un pasado transmitido desde el discurso de los vencedores, y la irredenta creencia de que imaginar futuros es estar construyéndolos. Por eso, a nuestra actividad propiamente artística (programación escénica en nuestra sala de Lavapiés, y las producciones propias que han girado por toda España), se sumaba en nuestro calendario de actividades públicas citas fundamentales para ese propósito de pensar y debatir en común: los Martes Ciudadanos (la cesión de nuestro espacio y escenario a la acción crítica política y social) y la Universidad del Barrio (un programa de formación no reglada con espacios críticos, académicos e intelectuales sobre los discursos no hegemónicos en torno a la economía y la historia). Y la alegría, sin duda, a través de la Noche de Baile, que ha llevado la plaza del barrio a nuestro escenario cada viernes de estos casi siete años de vida en un encuentro con la fiesta. Parafraseando a Emma Goldman, “si no se puede bailar, no es mi revolución”. ¿Hay algo más revolucionario que la alegría y el simple encuentro en torno a ella, en estos momentos?

2020, sin duda, hace aún más urgente la mirada crítica y artística sobre esas preguntas, a la vez que nos marca nuevos desafíos sobre los que reflexionar.

La pandemia mundial nos ha recordado la vulnerabilidad y la interdependencia, que llevaban un buen tiempo ocultas bajo la fantasía del individualismo, y nos ha hecho preguntarnos sobre lo esencial (de nuestras vidas, de nuesta sociedad, de nuestro sistema laboral, de nuestro reparto del tiempo). Black Lives Matter ha subrayado que nuestro mundo sigue ordenado en un mínimo centro y una mayoría de periferías. Y la crisis regresa, en forma económica, estructrual, institucional y personal sin que hayamos podido sentir que salíamos de la de 2008.

La parada obligada de este 2020 ha producido un silencio, una quietud, que ha permitido escuchar varios gritos y nos ha lanzado numerosas preguntas. Abrimos el 15 de septiembre entregadas a esa conversación, con una adaptación de nuestras actividades y horarios a las necesarias medidas de seguridad sanitaria y con una programación atenta a:

Contenidos vinculados con el protagonismo de la mirada y la voz de lo periférico. Entendemos la periferia como esa mayoría de minorías que componen nuestra sociedad. Así pues, nos interesan espectáculos que reflexionen críticamente desde el feminismo, la descolonización, la igualdad, la fuerza de los y las “vulnerables”, el cuestionamiento del concepto de capacitación desde la mirada de la diversidad funcional, la libertad sexual y la autonomía de la identidad de género y la crítica al pensamiento racista y xenófobo.

Haciendo de nuestro escenario un centro conquistado por esos cuerpos periféricos: que las mujeres hablen de feminismo y machismo, las víctimas hablen de la violencia, las personas diversas reflexionen sobre el concepto de capacidad y capacitación, las mujeres negras denuncien del racismo… Que la periferia tome la palabra y el foco.

Atendiendo a la juventud a través de formatos, lenguajes y artistas más cercanos a su cultura relacional y a sus preocupaciones.

Comprometidos con la creación contemporánea actual y la dramaturgia del presente, a través de la programación de la Sala 2 (entre octubre y diciembre) de proyectos site specific o en desarrollo y de nuevos textos y de nuestro programa de residencias. Queremos generar un espacio para la prueba y el contraste de textos y de procesos de creación escénica.

Y todo ello desde una perspectiva feminista basada en el compromiso con el la presencia paritaria (como mínimo del 50%) de la mujer en los espacios de responsabilidad y creación de los proyectos que acogemos o promovemos. Entendemos como crucial la necesidad de generar referentes en el liderazgo de la creación escénica que transmitan a la sociedad presente y futura que el espacio artístico es también un espacio propio de la mujer.

 

“Nos mueve el hambre de realidad y la intuición de que las artes escénicas son el lenguaje más elocuente para entenderla”

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