En octubre de 1934 ingresaron en el Fuerte de San Cristóbal/Ezkaba los primeros presos políticos. 879 hombres que fueron amnistiados en abril de 1936 con el triunfo del Frente Popular. Tras el golpe militar de 1936 volvió a llenarse de presos gubernativos (encarcelados sin juicio previo), que en muchos casos no fueron registrados debido al caos e impunidad iniciales, desconociéndose su número exacto. A muchos de los gubernativos los trasladaron a la cárcel provincial de Pamplona, siendo juzgados posteriormente, otros quedaron en libertad y asesinados en distintos lugares de Navarra, en la Barranca (La Rioja) o en las cercanías del penal. A otros se les obligó a enrolarse en el Tercio Sanjurjo, siendo asesinados sin llegar a entrar en combate.
En 1990 Félix Sierra publicó La fuga de San Cristóbal, 1938, con una primera lista de 1085 fugados y muertos en el Fuerte, y en 2005, junto con Iñaki Alforja, publicaron La gran fuga de las cárceles franquistas, con el listado de 4993 ingresados que constaban en el «Libro registro de presos» hasta el 27 de septiembre de 1940. Pero la falta de los años siguientes dejaba sin datos hasta 1945, siendo ya Sanatorio Penitenciario.
Entre rejas completa esa falta de datos, en muchos casos aportados por familiares, localizados en diversos archivos (General de la Administración, del Ministerio del Interior, Municipales), en la lectura de muchos expedientes y en diversas publicaciones.
Este diccionario biográfico recoge los nombres de 5917 recluidos en el Fuerte desde 1934 hasta 1945. En 1946 cerró, calculándose que albergó a más de 6000 reclusos. La búsqueda de nombres continúa…
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«El 22 de mayo de 1938 se produjo la fuga de 795 presos, una de las mayores y heroicas de la historia en busca de la libertad, que fue respondida por las fuerzas fascistas con una terrible violencia, convirtiendo su persecución en una sanguinaria cacería. Entre rejas sirve para conocer mejor quiénes eran los recluidos en condiciones tan duras y escribir sus nombres con la tinta de la memoria para que nunca se borren de la historia. Gracias a todo ese esfuerzo todos ellos podrán fugarse del olvido.»
EMILIO SILVA BARRERA (ARMH)
Participarán:
Emilio Silva como prologuista del libro y Willy Meyer como familiar de preso del Fuerte de San Cristóbal.
Soy Hedy Herrero Hernán, nieta de Teodoro Hernán Aguado, preso nº 760 del Fuerte de San Cristóbal, en Pamplona, y de Vicenta López Castillar, represaliada.
Mi implicación en la Memoria comenzó en el momento que decidí investigar la historia penitenciaria de mis abuelos, poco a poco aquella búsqueda me llevó hasta el listado de presos del Fuerte de San Cristóbal y a partir de ahí comencé a investigar quiénes eran aquellos hombres que habían compartido penalidades con mi abuelo. La búsqueda de datos y nombres me ha llevado más de 10 años y a fecha de hoy he podido añadir 1000 nombres más al listado original del libro de registros de presos.
He colaborado en varias publicaciones aportando la historia de mis abuelos, El Fuerte de San Cristóbal en la Memoria: de prisión a sanatorio penitenciario. El cementerio de las botellas (Editorial Pamiela, 2014), Tejiendo redes (Amaia Kowasch, 2018), exposición Lur azpitik lur-azaleratuz. Que aflore lo enterrado (Asociación Txinparta-Fuerte San Cristóbal y Sociedad de Ciencias Aranzadi). También he aportado fotografías, que he ido realizando en distintas exhumaciones realizadas en Navarra durante estos últimos años, para el libro Bajo tierra. Exhumaciones en Navarra 1939-2019 (Gobierno de Navarra), así como en la exposición Ezcaba 1938-2018 (Dirección General de Paz, Convivencia y Derechos Humanos. Gobierno de Navarra), donde he aportado un fotomontaje de los presos del Fuerte.
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