SESIÓN 2. VIOLENCIA CONTRA CIVILES EN LA II REPÚBLICA Y LA GUERRA CIVIL. PREGUNTAS PARA EL DEBATE

“No hay conocimiento sin re-conocimiento” (Alessandro Pizorno)

 

Esta segunda sesión del curso está diseñada como un cine-fórum con objeto de que haya bastante participación del público y entre todos vayamos profundizando en cuestiones a partir del material que encuadra la sesión.

Contamos con la presencia el director del documental “El honor de las Injurias” como invitado y con un texto, disponible durante toda esta semana en el blog (ver entrada primera de “Sesión 2”), que sitúa el documental en el panorama de la literatura académica disponible sobre violencia política en la Segunda República y la Guerra Civil española.

La idea entonces es comenzar haciendo una valoración de la película, todo lo personal que se quiera, e ir entrando en una serie de cuestiones que el documental suscita.

Pero antes una aclaración que conviene hacer.

Esta sesión trata sobre violencia política contra civiles por parte de la izquierda radical, pero sobre todo acerca de cómo nos hacemos cargo de ese legado los ciudadanos del siglo XXI. Ya no estamos allí, y sin embargo, podemos seguir pegados negativamente a ese legado, o podemos tomar críticamente distancia de él, lo cual no tiene nada que ver con criticar a unos antepasados que más bien desconocemos en sus compromisos e intenciones, también en sus condicionantes. Es decir, no tiene mucho sentido ya juzgarlos, aunque sea porque ya hicieron otros eso en este caso, y más que sumariamente.

Lo que podemos hacer nosotros en nuestro propio beneficio es intentar comprender, lo cual no quiere decir necesariamente comprenderlos, pero sí al menos comprender la distancia que nos separa de ellos. Pero para lograr esto segundo la condición es dar reconocimiento a la alteridad, a los que no son como creemos ser o decimos ser nosotros. Nada peor que asumir que, por mucho que nos reclamemos de legados ideológicos de los años treinta, la lucha es la misma, todo es igual, somos intercambiables con ellos. Eso es lo que quiere decir que la historia existe: hoy no es ayer.

No se trata por tanto de volver sobre los hechos de los años treinta para rebatir lo que se dice de entonces o corroborarlo sino de intentar deconstruir críticamente los relatos que sobre este asunto han hecho los testigos y los historiadores, y los que se muestran en películas y libros. Y tratar de poner cimientos para un tipo de relato diferente, si nos parece que puede mejorar nuestra forma de encarar el presente y el futuro de una democracia participativa. No perdemos nada por intentarlo.

Muy en particular NO se trata de criticar la actuación de esta o aquella corriente concreta o de unas u otras organizaciones. Menos aún es una sesión sobre si la CNT promovió el asesinato selectivo o arbitrario de civiles durante la Guerra Civil y si otras organizaciones lo hicieron más, menos o igual. Más bien se trata de intentar superar la tendencia a censurar los actos de las corrientes ideológicas o las organizaciones de la izquierda con las que uno no simpatiza y a exonerar los de aquellas con las que uno se identifica hoy.

Lo que justifica la elección del documental de Carlos García-Alix es que ha roto con una tendencia -muy prolongada en la memoria republicana de la Guerra Civil- de lanzar acusaciones contra cualesquier otras fuerzas políticas de la izquierda para explicar la derrota del bando de la República en la guerra. Pues el problema de este tipo de discurso no es sólo que no contextualiza sino que impide incorporar el legado de violencia de la tradición de la que uno legítimamente se reclama hoy. De lo que se trata, en suma, es de intentar tomar distancia de una forma habitual de ver el pasado que está cargada de prejuicios morales que ponen límites a nuestro conocimiento y nuestra emancipación. De re-conocer esos prejuicios para poder conocer mejor.

Desde esta postura podemos entre todos generar y mantener un espacio de diálogo constructivo reconociendo también nuestras diferencias en la manera de ver el problema.

Una primera parte de la sesión puede así girar en torno del documental y su aportación. Planteo algunas cuestiones para centrar el diálogo:

1)      ¿Qué opinión te merece el Felipe Sandoval retratado por Carlos García-Alix? ¿Cómo lo calificarías? ¿Piensas que es fácil despacharlo con un solo adjetivo o crees que para calificar su conducta hay que hacer un cierto ejercicio de elaboración?

 

2)      ¿Qué cuestiones te ha suscitado el documental que consideras que dialogar con su director te puede ayudar a clarificar, comprender o dar respuesta?

 

3)      ¿Crees que otras tradiciones ideológicas y organizativas de la izquierda y la derecha estarían dispuestas a embarcarse en documentales del tipo de “El honor de las Injurias”?

 

La segunda incorporará la lectura que contextualiza el documental:

 

4)      ¿Qué opinión te merece la literatura reciente sobre violencia contra civiles en el bando republicano y cómo valoras la aportación de Carlos García-Alix en ese escenario?

 

5)      ¿Qué cuestiones te ha suscitado la lectura del texto que consideras que merecen ser discutidas con los participantes en la sesión?

 

6)      ¿Crees que la violencia es un fenómeno siempre idéntico en todas las épocas, y que todas las formas de violencia quedan bien recogidas en la definición de violencia convencional a nuestro tiempo? ¿Crees que en los años treinta se entendían cosas diferentes por violencia, algunas de las cuales no entran en nuestra definición, y viceversa?

 

Nos vemos el lunes.

 

Salud

Pablo